El Arte de la Contrainteligencia

14. agosto 2017

Por Henrik Hernandez. 

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Allen Dulles, ex-director de la CIA escribió el famosos libro «The craft of Intelligence» (El Arte de la Inteligencia). No he podido aun leer toda la obra, pero expuso de forma magnifica y ejemplar la línea estratégica y política en campo de la propaganda que debería seguir y que siguen los EE.UU. Cuando escribió su libro, se refirió fundamentalmente a la URSS, pero la estrategia trazada, puede ser empleada contra otros pueblos y países, entre ellos Cuba.

La reflexión me lleva a la conclusión, de que se puede exponer una contra estrategia en este campo incluso, sólo volviendo de patas para arriba las propias palabras de Allen Dulles.

Esta lucha se trata de funcionar en los mismos términos que EE.UU., en concepto de poder, aunque nuestra poder obligatoriamente tendrá que ser asimétrico, mientras menos insignificancia le demos a la estrategia de los EE.UU. mejor nos irá.

No podemos permitir que siembren el caos en Cuba, ni que nos siembren valores falsos, ni que nos obliguen a creer en ellos. No podemos permitir que los EE.UU. encuentren aliados y correligionarios en la propia Cuba, no podemos permitir la tragedia de que nuestro irreductible pueblo, quede sin conciencia propia y nuestros valores se extingan irreversiblemente.

Nuestra literatura y arte tiene que tener una alta carga social. Nos podemos permitir que los artistas y escritores pierdan la voluntad de investigar y reflejar los procesos sociales que se desarrollan dentro de Cuba. La literatura, el cine y el teatro deberán reflejar y enaltecer los sentimientos y valores humanos más altos. Estamos en la obligación de apoyar y encumbrar por todos los medios a los artistas que enseñen los valores de solidaridad, colectividad y engrandezcan la historia patria y los procesos sociales actuales, la fidelidad al pueblo y al socialismo cubano, en otras palabras todo lo que sea ético y moral.

No podemos permitir que la dirección del Estado caiga en el caos y la confusión. No se puede permitir que el enemigo siembre el despotismo de los funcionarios, el soborno, la corrupción, la falta de principios. La honradez y la honestidad serán baluartes de nuestros valores todo el tiempo. Los falSos valores como el descaro, la insolencia, el engaño, la mentira, el alcoholismo, la drogadicción y el miedo irracional entre semejantes no pueden tener lugar dentro de la sociedad cubana.

Gracias a nuestra unidad monolítica de pueblo, partido y Estado, los EE.UU. no podrán imponernos su visión, estilo de vida e intereses particulares e impediremos con una alta disciplina y disposición combativa del pueblo-ejército, no podrán agredirnos y garantizaremos nuestro derecho natural a la defensa. No permitiremos que los nacionalismos, los racismo, ni el odio pueda erigirse en bandera contra la nación cubana.

No podemos permitir que quienes comprendan, la realidad de la situación en la relaciones entre Cuba y los EE.UU., su estrategia, métodos y medios para destruirnos queden en estado de indefensión, ni ridiculizados, ni calumniados, ni desacreditados, ni que sean señalados como escorias de la sociedad. No podemos admitir que sus valores y fundamentos de moralidad sean destruidos, presentándolos como chabacanos, pasados de moda y sin valor.

Nuestra principal apuesta es la juventud, no se permitirá que sea corrompida, desmoralizada o pervertida.

Debemos lograr que ante cualquier agresión rechacemos los ataques del enemigo y como tal lo tratemos, debemos ganar el corazón y la mente de cada cubano dentro y fuera de Cuba. Que cada cubano sea un punto de resistencia en la lucha de ideas en todas partes, incluyendo el Internet y los medios sociales. No permitiendo que los símbolos de la nación enemiga ni sus valores lleguen a explosionarnos. Sólo los valores patrios e internacionalista impedirán que lleguen los portaviones y los misiles.

Nunca el enemigo podrá contar con que nuestro pueblo los reciba con los brazos abiertos.

El objetivo final de esta estrategia es resistir la ofensiva globalizantes planetaria del imperialismo, es de derrotar en el terreno de las ideas toda alternativa que impulse el imperialismo para imponer su poder. No podemos dar posibilidad que el imperialismo manipule la conciencia de nuestros ciudadanos, que usurpen el imaginario colectivo, ni  que colonicen nuestras mentes con ideas neoliberales.  No podemos nunca aceptar compartir la misma lógica que nuestros enemigos y verdugos.

Así hubiera escrito Allen Dulles, director de la CIA, si fuera un patriota cubano, pero no lo fue, por lo que nos corresponde a nosotros esa tarea.

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